ESCRITO POR MATT JONES Traducción por/ translation by Nae Hanashito Avila Lo primero que ha mostrado la ola de pánico que paralizó al país es que nuestra sociedad ya no cree en nada más que la vida desnuda (vida nuda). Es la evidencia de que los italianos están preparados para sacrificar prácticamente todo—condiciones de vida normales, relaciones sociales, trabajo, incluso amistades y creencias religiosas y políticas—para evitar el peligro de enfermarse. — Giorgio Agamben, 17 de marzo del 2020 En tiempos oscuros, ¿habrá canto? Sí, también habrá canto. Sobre los tiempos oscuros. —Bertolt Brecht, 1939 The Unplugging (2013), obra de la dramaturga Yvette Nolan (originaria de Algonquin, Canadá), se ambienta en un período post catástrofe, cuando esta ha acabado con la mayor parte de la civilización humana y ha dejado a quienes sobrevivieron en un mundo post eléctrico. Para afrontar este mundo, dos mujeres indígenas, Bern y Elena, recurren a las enseñanzas de sus ancestros. Algunas de estas enseñanzas les son inaccesibles: Bern se crió en una ciudad y nunca aprendió formas tradicionales de conocimiento, pero Elena evoca los recuerdos de su abuela, quien “nunca confió en la tecnología”, y gradualmente apela a habilidades que ayudarán a ambas a sobrevivir.
The Unplugging (que podría ser traducido como “Desconexión”) fue la última obra que estaba enseñando cuando la pandemia golpeó con fuerza a la ciudad de Toronto el pasado marzo. De hecho, en esos días, todos los textos parecían hablar de la pandemia. La semana previa, habíamos leído “Crave” de Sarah Kane. Sus palabras sobre el profundo estado de aislamiento y depresión nos dieron el vocabulario para empezar a hablar sobre el efecto de la pandemia en nuestra salud mental. Sin embargo, The Unplugging fue un caso interesante justamente por la razón opuesta. Al haberla leído en marzo, nuestras mentes habían considerado el peor escenario y varios querían pensar en la catástrofe desde la perspectiva de un piloto que vuela directamente hacia ella. El mundo post apocalíptico de The Unplugging nos dio un cimiento. Mientras los personajes de Nolan habían sido usuarios de Twitter y repartidores de Foodora, ahora a la deriva en un mundo sin internet, nosotros nos aferrábamos a nuestros módems para mantenernos socialmente conectados mientras nuestra catástrofe iba desenvolviéndose. El internet era nuestro vínculo con la educación, con nuestros amigos, con nuestras adicciones, con nuestra cultura. Qué tipo de calamidad podría ser que se nos cayera la red. Por eso, pienso que Giorgio Agamben se equivoca cuando se queja de que la pandemia nos ha hecho preocuparnos únicamente por la “nuda vida” (en inglés, bare life). Es cierto que temporalmente hemos perdido mucho de lo que hacía que nuestras vidas fueran más que la nuda vida--la sociabilidad, la libertad de movimiento, nuestras instituciones culturales. Sin embargo, preocuparse solo por la nuda vida es probablemente la única actitud posible en un momento de crisis. Durante una catástrofe, no importa quién es una persona, solo que su vida pueda ser salvada. Y, pese a ello, mientras la pandemia alcanzaba su punto más alto, las personas han luchado por encontrar nuevas formas de vivir más allá de la nuda vida. Algunos de ellos lo han hecho a través del arte: no solo cantando en balcones y escenificando obras por Zoom; esta crisis ha brindado un espacio para un cuestionamiento riguroso sobre qué significa crear arte después de todo y qué significa consumirla juntos. Lanzamos este proyecto en sintonía con el espíritu de esos artistas y activistas que han permitido mantenernos más allá de la nuda vida en medio del desastre. En la obra de Nolan, el desconectarse (unplugging) no reduce a los personajes a la nuda vida. Más bien, les ofrece una oportunidad para involucrarse de manera más profunda con la manera en que sus ancestros conocían y experimentaban el mundo. La supervivencia es, desde esta perspectiva, profundamente dependiente de la cultura. Estamos entusiasmados con este proyecto, en tanto se convierte en una forma de mostrar cómo los artistas escénicos le hacen frente a esta crisis. Comments are closed.
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